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Pistacia terebinthus

Terebinto, cornicabra

Terebinto, cornicabra (cast.); noguereta, noguerola (cat.); ahunt-zadarra (eusk.); escornacabra (gall,); cornalheira (port.); terebinth, turpentine tree (ing.).

Autóctona

«En el sur se cubre de esas varias especies de terebintos que producen una goma muy estimada, la almáciga, de gran empleo en las artes y aun en la medicina».

‘El archipiélago en llamas’, Julio Verne

DESCRIPCIÓN

Este es un arbusto ramoso que alcanza el porte de arbolito de unos 5 m, si bien se conocen ejemplares de hasta 10 m. Su corteza es grisácea o parda y se agrieta con la edad. Sus hojas son caducas, compuestas por 5 o 7 hojuelas ovaladas, de margen entero y con el rabillo rojizo o rosado. Hay árboles macho y árboles hembra, ambos de flores no muy llamativas y sin pétalos. El fruto maduro es seco, ovalado y del tamaño de un guisante, que cuando madura adquiere una coloración rosada muy vistosa al aparecer en grupos numerosos.

ECOLOGÍA

Forma parte de los bosques mediterráneos como acompañante de encinares, alcornocales, acebuchares, pinares, etc. En la Península sólo en ciertas ocasiones llega a formar rodales, en cuyo caso suelen ser abiertos, si bien en el oriente mediterráneo forma verdaderos bosques. Coloniza rocallas y a veces se le ve creciendo en grietas, paredes e incluso viejas construcciones. Es indiferente al tipo de suelo y lo encontramos desde el nivel del mar hasta los 1500 m.

DISTRIBUCIÓN

El terebinto es una planta propia de la cuenca mediterránea —con algunos enclaves eurosiberianos en el noroccidente de España— que tiene sus mejores representaciones en las islas griegas, Siria y Palestina. En la Península Ibérica se extiende por casi todo el territorio y son de destacar los cornetales de la Sierra de Mágina, en Jaén.

MÁS INFORMACIÓN

La madera de cornicabra se considera de excepcional calidad, posee un duramen rojizo, muy bello para tornear pequeños objetos, y unas raíces jaspeadas también de rojo que se han empleado para elaborar cajas para el tabaco.

Toda la planta produce una resina que es conocida con el nombre de ‘trementina de Quío’ (Kyos) o terebintina. Era la más apreciada por los romanos, si bien ya hay documentación de su uso en la Edad del Bronce en Turquía, y en Palestina procedente de su congénere, Pistacia atlántica Desf. Tiene propiedades diuréticas, estimulantes y aromáticas, y se emplea en la obtención de barnices especiales.

La planta también se usa como patrón de injerto para el pistachero (Pistacia vera L.), un arbolito de origen asiático que se cultiva por sus frutos en zonas de clima templado y que raramente se asilvestra.

En Grecia se consumen sus frutos, que son muy energéticos, y en algunos lugares se emplean como forraje del ganado.

En el Magreb se usa el aceite de sus frutos como condimento, las hojas cocidas como alimento y la resina como goma de mascar.

Pistacia es el nombre con el que los romanos ya denominaban al pistachero y a sus frutos, aunque el origen del nombre es oriental. Fue el naturalista Carlos Linneo quien asignó el género Pistacia a lo que el botánico francés Joseph Pitton de Tournefort llamaba Lentiscus y Terebinthus, para designar al lentisco y al terebinto respectivamente, dejando aquellos nombres como epítetos específicos de ambas especies.