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Populus nigra

Chopo, álamo negro

Chopo, álamo negro, pobo (cast.); pollancre (cat.); makala (eusk.); choupo negro, lamagueiro (gall.); choupo-negro, álamo-negro (port.); black poplar (ing.).

Autóctona

¿SABÍAS QUE…? El chopo es la especie arbórea autóctona de la Península Ibérica e Islas Baleares que más rápido crece.

DESCRIPCIÓN

Álamo que alcanza los 30 m, de tronco esbelto y copa piramidal. Tiene las hojas simples, caducas, alternas (este carácter se observa mejor en la parte intermedia de las ramas, pues en los extremos a veces aparecen muy juntas), romboidales o triangulares, finamente serradas en su margen, de un verde intenso por el haz y con un rabillo largo que parece aplastado. Las flores masculinas y femeninas crecen agrupadas en amentos, que son colgantes y alargados. Los frutos son cápsulas que se abren al madurar y liberan las semillas envueltas en un tejido algodonoso que favorece su dispersión por el viento. A menudo esta pelusa se confunde con el polen, debido a que coincide con la época primaveral de las alergias.

ECOLOGÍA

Crece en las riberas de los ríos, márgenes de lagunas, embalses y zonas encharcadas, conviviendo con sauces, fresnos o alisos; asimismo no es raro verlo junto a caminos, carreteras y terrenos abandonados muy húmedos. Se da en todo tipo de suelos, soportando incluso cierta salinidad, y habita desde el nivel del mar hasta los 1800 m.

DISTRIBUCIÓN

Su origen es controvertido y hay autores que lo consideran introducido proveniente del este de Europa, aunque dada su capacidad de dispersión, parece ser natural de la Península Ibérica. Crece en la mayor parte de Europa, Asia y el norte de África. Desde antiguo se han hecho numerosas plantaciones y se ha cruzado con otras especies para obtener variedades más productivas. Se le encuentra distribuido por todo el territorio.

MÁS INFORMACIÓN

Por su rápido crecimiento su madera es blanda y ligera, muy útil para la elaboración de pasta de papel, tablones y embalajes livianos. Con sus yemas se ha elaborado el denominado ‘ungüento popúleo’, que alivia y reduce las hemorroides, y también se han usado para teñir de amarillo o verde.

En la literatura, sea en verso o en prosa, el chopo es un árbol al que se evoca con frecuencia. Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o Víctor de la Serna mencionan a estos árboles en sus obras. Aquí damos algunos apuntes.

En El paisaje de España visto por los españoles, el escritor alicantino José Martínez Ruiz, ‘Azorín’, describe: «Ya en el campo, caminando por este camino bordeado de enhiestos chopos —cuyas hojas temblotean—, nos hemos detenido y nos hemos sentado en una piedra».

En El Jarama, el lingüista y escritor Rafael Sánchez Ferlosio narró: «Ya comenzaban los chopos a estirar sus largas sombras hacia el Levante, pero aún el sol en lo alto giraba vertiginosamente sobre sí […]. Eran delgadas y larguísimas las sombras de los chopos de junto al canalillo».

El literato santanderino Amós de Escalante escribió un soneto dedicado al chopo cuyas últimas estrofas dicen así:

«Único el chopo vano, su cabeza,
sin que la vista de su Dios le inquiete,
alza en las lumbre del ocaso rojas.
Miróle Cristo, y dijo con tristeza:
“Del viento más sutil serás juguete,
y quieto el aire temblarán tus hojas”».

Un refrán popular español habla del chopo como el árbol del pobre, por su crecimiento rápido y la facilidad de su cultivo, y su incapacidad para competir con otros árboles por su madera: «Quien tiene dineros pocos, si los echa en chopos, tornársele han más pocos». Hay otra variante que versa: «El álamo largo y enjuto, ni da sombra ni da fruto».

Una especie con la que frecuentemente se le confunde es con el chopo canadiense (Populus x canadensis Moench), de hoja triangular, con la base más recta y un porte en general más abierto.

Populus es el nombre latino de los álamos y chopos, que significa ‘el pueblo’, es decir, sería el ‘árbol del pueblo’. El epíteto específico nigra indica lo oscuro de sus hojas y formaciones.