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Salix alba

Sauce blanco, sauce

Sauce blanco, sauce (cast.); salze blanc, saule (cat.); zume zuria (eusk.); salgueiro branco (gall.); salgueiro-branco (port.); white willow (ing.).

Autóctona

«Un macilento sauce se mecía / por dar alivio a su constante pena / y en su voz suave, de suspiros llena, / al son del viento murmurar se oía...»

‘El sauce y el ciprés’, José Selgas

DESCRIPCIÓN

El sauce blanco alcanza hasta 25 m y es el que tiene el mayor porte de todos los de nuestro territorio. El tronco es erguido y la corteza gris y agrietada. Las hojas son caducas, simples, alternas, lanceoladas u oblongo-lanceoladas, de 5-10 cm de largo por 1-2,5 cm de ancho, de margen serrado y punta alargada. Son brillantes por el haz y de aspecto blanquecino y sedoso por el envés, característica que lo diferencia de Salix fragilis L. Las flores nacen en primavera en largos filamentos llamados amentos. Los frutos son cápsulas que se abren al madurar y liberan las semillas envueltas en un tejido algodonoso que favorece su dispersión por el viento. Flora iberica diferencia dos variedades:

Salix alba L. var. alba, que tiene una pelosidad grisácea que se mantiene en las hojas y ramas jóvenes.

Salix alba L. var. vitellina (L.) Ser., cuyas hojas y ramillas son prácticamente lampiñas. Además las ramillas son amarillentas cuando llegan a adultas.

ECOLOGÍA

El sauce blanco crece en zonas asociadas a cursos o masa de agua, habitualmente en los terrenos fértiles de las vegas. Aguanta temperaturas muy bajas y lo podemos ver desde el nivel del mar hasta los 1900 m de altitud.

DISTRIBUCIÓN

Habita en Europa, Asia y norte de África de forma espontánea, pero se ha plantado en muchos lugares desde antiguo y es difícil saber con precisión su área natural. En la Península y Baleares aparece disperso y es bastante común.

MÁS INFORMACIÓN

Su madera se usa o ha tenido aplicaciones en cestería, tonelería, para elaborar calzado (zuecos, madreñas, galochas…), piezas ortopédicas, cajas, fósforos, palillos de dientes, etc. Este árbol tiene un porte esbelto que le hace muy adecuado como ornamental y para restaurar los taludes y zonas erosionadas de las vaguadas y humedales.

Todas las especies de sauces contienen salicina, un compuesto precursor del ácido salicílico y por tanto del ácido acetil-salicílico o aspirina, que es en origen una marca comercial. Sus propiedades analgésicas, febrífugas, tónicas y antirreumáticas son conocidas desde antiguo, extraídas sobre todo de la corteza. Fue algo que pudieron comprobar los colonizadores europeos al llegar a América. Muchas tribus indígenas descortezaban las especies de sauces allí presentes para aliviar sus malestares, especialmente cuando tenían dolor de muelas. En La isla misteriosa, el novelista francés Julio Verne alude a estas propiedades: «—¿Un febrífugo! —respondió el ingeniero—. No tenemos ni quina ni sulfato de quinina. —No, —dijo Gedeon Spilett—, pero hay sauces a orillas del lago, y la corteza del sauce puede algunas veces reemplazar a la quina. —Probemos sin perder un momento —respondió Ciro Smith. La corteza de sauce, en efecto, está considerada justamente como el sucedáneo de la quina, lo mismo que el castaño de Indias, la serpentina y otras plantas. Era preciso hacer una prueba con aquella sustancia, aunque no fuese un completo equivalente de la quina, y emplearla en estado natural, pues no había medio de extraer de ella el alcaloide, es decir, la saucina».

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El género Salix es muy complejo. Flora iberica describe para la Península Ibérica e Islas Baleares más de veinte especies de sauces autóctonos. Además, hay muchos cultivados como ornamentales y para la producción de mimbre que en ocasiones se asilvestran. Si tenemos en cuenta la gran variabilidad morfológica que se da en este grupo y los híbridos que se pueden originar por cruce entre las distintas especies —a veces hay dos clases de híbridos entre dos especies según sea el progenitor masculino o femenino—, a menudo es complejo identificar las muestras con precisión, incluso para los propios botánicos. Hemos incluido los sauces arbóreos y los arbustos arborescentes —es decir, aquellos que a veces alcanzan el porte arbóreo— que se dan de forma natura o se asilvestran en la Península Ibérica e Islas Baleares. No obstante, creemos necesario hacer algunas precisiones sobre el resto de las especies autóctonas:

S. reticulata L., S. herbacea L., S. retusa L., S. pyrenaica Gouan, S. breviserrata Flod., S. hastata L., S. aurita L., S. cantabrica Rech. fil., S. tarraconensis Pau, S. bicolor Willd., S. ceretana (P. Monts.) Chmela? y S. repens L.son pequeños arbustos e incluso matas rastreras.

En cuanto a las especies introducidas, Salix eriocephala Michx. también se usa para mimbre y se naturaliza e hibrida con facilidad. Procede de Norteamérica y tiene porte arbustivo. Finalmente, el sauce llorón (Salix babylonica L.) se cultiva mucho como ornamental en casi todo el territorio y solo ocasionalmente se asilvestra.

El sauce blanco aparece en los catálogos de especies amenazadas y protegidas de la Región de Murcia.

Salix es el nombre romano de los sauces; alba significa blanco, por el envés blanquecino de sus hojas.