Acebo (cast.); grèvol (cat.); gorosti, gorostia (eusk.); acibo, acebiño (gall,); azevinho (port.); holly, common holly, English holly, European holly (ing.).
«El suelo estaba duro como el hierro, la escarcha permanecía rígida al rozar los acebos, los carámbanos tintineaban y relucían al caer».
‘Las desventuras de John Nicholson’, Robert Louis StevensonLa madera de acebo es de muy buena calidad, dura y tan densa que no flota en el agua, por lo que no sería útil en la industria naval. Es apreciada por los ebanistas para elaborar mangos, culatas de armas y por teñirse bien de negro e imitar a la de ébano; además es muy estimada como leña, para hacer carbón y por los pastores para confeccionar bastones resistentes. En este sentido, Miguel de Cervantes cuenta en el cap. XIII de El Quijote: «Venían unos pastores hacia ellos y traía cada uno un grueso bastón de acebo en la mano…». Y el poeta y militar toledano Garcilaso de la Vega en sus poesías escribe: «Allá dentro en el fondo está un mancebo, / de laurel coronado y en la mano / un palo, propio como yo, de acebo».
Sus hojas se usan como forraje del ganado en invierno y sobre todo como adorno navideño, especialmente si vienen acompañadas de los frutos maduros rojos. Esta práctica al parecer está originada al asociarse simbólicamente la corona de espinas de Cristo con sus hojas puntiagudas y las gotas de sangre con sus frutos rojos. Además, con su corteza se prepara la liga, una goma empleada en la captura de pájaros, actualmente prohibida para este fin. El acebo también se usa mucho como planta ornamental, aguanta muy bien la poda y tiene numerosas variedades de jardinería que realzan las espinas o matizan su verde intenso con bordes o manchas blancas o amarillas.
El acebo está protegido en todo el territorio por las legislaciones andorrana, española y portuguesa. Además, aparece en los catálogos de especies protegidas o amenazadas de numerosas comunidades autónomas españolas. Si se va a usar como decoración navideña, conviene asegurarse de que procede de viveros o de que su explotación es sostenible y legal.
Ilex era el nombre romano de la encina y de la coscoja y el naturalista sueco Linneo se lo asignó al acebo por el parecido de sus hojas; aquifolium quiere decir ‘hoja con espinas’.