Listado de especies

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Pyrus communis

Peral, peral común

Peral, peral común (cast.); perer (cat.); madariondoa, udareondoa (eusk.); pereira, pereiro (gall.); pereira (port.); European pear, common pear (ing.).

No autóctona

«Ya lo querría ver —respondió Sancho—; pero pensar que tengo que subir en él, ni en la silla ni en las ancas, es pedir peras al olmo».

‘Don Quijote de la Mancha’, Miguel de Cervantes

DESCRIPCIÓN

Arbolillo frondoso que raramente alcanza los 10 m de altura. Su copa es densa, la corteza es grisácea, el porte es variable, a menudo espinoso y muchas veces con rebrotes de cepa. La láminas de las hojas mide generalmente 3-7 cm de largo por 2-5 de ancho. Son caducas, simples, anchas, ovaladas, de margen entero o ligeramente serrado y con un rabillo bastante largo. Se disponen alternas sobre las ramillas o formando densos manojos que dan un aspecto anillado a la ramilla de donde parten. Las flores nacen en grupos numerosos en abril y son blancas. Los pétalos son más grandes que en el piruétano (Pyrus bourgaeana Decne.), de 12 a 15 mm de largo. El fruto silvestre (pomo) no es precisamente «una perita en dulce», pues aunque es algo dura y granulosa al paladar, no resulta desagradable en crudo. Tiene un rabillo más o menos rígido, de 1,5 a 3 mm de ancho (al igual que en Pyrus bourgaeana Decne., pero distinto a P. cordata Desv.).

ECOLOGÍA

Especie cultivada en la Península y ocasionalmente asilvestrada en zonas umbrosas y húmedas bajo la protección de bosques, setos y espinares. Es indiferente al sustrato y habita desde el nivel del mar hasta los 1000 m de altitud.

DISTRIBUCIÓN

Esta especie es originaria del este de Europa y del Cáucaso. Actualmente se extiende cultivada en otras zonas del mundo y naturalizada por toda Europa —a excepción de las zonas más frías del norte—, oriente de Asia y algunos puntos del norte de África. Su introducción en el oeste de Europa pudo tener lugar en diferentes períodos de la historia, pero parece más probable que se realizara en la época romana, cuando ya se conocían algunas variedades de cultivo. Hoy día los perales cultivados parecen provenir de cruces entre P. communis y otras especies orientales en mayor o menor medida. En la Península Ibérica se cultiva con frecuencia en casi todas las provincias, y a veces se asilvestra en setos y espinares, o al abrigo de cursos de agua.

MÁS INFORMACIÓN

Este es el padre originario de toda la cohorte de variedades de peras que encontramos en el mercado, y por ser más resistente a plagas y enfermedades se utiliza mucho como patrón de injerto.

Las peras silvestres a menudo se maceran o hierven en agua para ablandarlas, e incluso se cuecen en vino.

Por otro lado, los franceses, tan aficionados a los liqueurs, utilizan una variedad de peras que, siendo desagradables en crudo, proporcionan una sidra sucedánea del champagne llamada poiré o piquette, que en algunos puntos del norte de España se denomina perada.

En el lenguaje popular hay numerosos dichos y refranes que incluyen al peral común. Estos dichos castellanos versan: «Peral que no da peras, pocas visitas espera»; «Coma yo de la pera y móndela quien quiera»; «De las frutas, el pero; de los amores, el primero». Y este asturiano dice: «Vuestra sea la pereda y mía la sombra de ella».

Pyrus y pirus eran los nombres que le daban los romanos a los perales, derivados de una antigua lengua mediterránea o de la voz celta pir. El epíteto communis nos da una idea de su frecuencia y abundancia.